A ver...
No estoy tan seguro de que sea poco o muy conocido lo que voy a comentar hoy.
Pero, ciertamente, estoy notando últimamente varias consultas en las que pareciera que el concepto no está muy claro.
En todo caso, si lo conoces, bien.
Y si no, mejor —algún aprendizaje te llevarás hoy—.
Mira.
El diseño de instalaciones sanitarias en edificaciones se basa en un concepto denominado gasto probable (el Sr. HUNTER, el del método, es una referencia). Esto ya lo he escrito en un anterior correo.
Si hablamos de gasto probable, estamos hablando de una cantidad de agua que posiblemente fluirá por las redes cuando los usuarios de la edificación utilicen baños, cocinas y cualquier área con piezas sanitarias.
Pero es un gasto "probable" porque no es un gasto máximo. No es como en redes urbanas en donde tomas un caudal medio, como si todo el mundo, en horas pico, esté dándose una ducha, fregando y lavando la ropa.
Es probable porque se supone que está asociado a la operación de sólo algunas piezas sanitarias en la instalación y no a todas operando simultáneamente.
Nunca se diseña para la condición en que todas las piezas sanitarias están operando a la vez.
Bien. ¿Y entonces?
El punto es en el cálculo de los montantes —esas tuberías verticales— y, en general, de cualquier tubería principal de distribución.
Se supone que mientras más piezas sanitarias están conectadas a una tubería, el gasto probable acumulado tenderá a ser menor (no hay proporcionalidad con el número de piezas y sus respectivos gastos).
Si una ducha tiene un gasto probable de, por ejemplo, 0,10 l/s.
Y tenemos una tubería que sólo atiende a una (1) ducha. Su gasto probable (utilizado para el diseño) será de 0,10 l/s.
Pero si tenemos una tubería que atiende a cinco (5) duchas, ni por casualidad pienses que el gasto probable será 0,50 l/s (5 x 0,1).
Será menor a este valor.
Aquí va metiéndose el concepto de probabilidad. No se piensa que las cinco duchas operen a la vez.
De hecho esta es la magia que hace el método de HUNTER con las unidades de gasto (bueno, y también los métodos de simultaneidad).
Nos pone a sumar unidades de gasto de las piezas atendidas por cada tramo de tubería.
Y luego, con la tablita de HUNTER, las convierte a gasto probable.
¿Sencillo no?
Bien, en el caso de tuberías de distribución pasa lo mismo: mientras más instalaciones se atiendan, se tiende a que el gasto no sea proporcional al total de piezas conectadas.
Por ello es que en PLUMBER, por ejemplo, el cálculo de los montantes se realiza contabilizando las unidades de gasto totales que especifiques en la configuración de las piezas sanitarias del proyecto:
Es decir, puedes tener, por ejemplo, un montante conduciendo agua para atender una red con un calentador.
Las unidades de gasto para el cálculo de las tuberías de la instalación serán las de las columnas Agua Fría (U.G. A.F.) y Agua Caliente (U.G. A.C.).
Pero para el cálculo del montante que atiende a esta instalación (suponiendo que es sólo una), se tomarán los valores de la columna total (U.G. Total) —según sea uso público o privado de la edificación—.
Esta es una manera no sólo de incluir el concepto de gasto probable, sino también de garantizar que no se sobre dimensiona a las tuberías pues, recuerda, que hay muchas críticas a estos métodos —en especial al de HUNTER original— pues se dice que tienden a resultar en gastos probables muy conservadores.
Y ahí está.
Todo eso lo hace PLUMBER y ni te enteras —aunque ya sepas cuál es la magia que hay detrás de él—
Un Saludo,
Alfredo Simancas