¿El tamaño importa?


Claro que sí…



¡El tamaño importa!




¡Uy! ¿En qué estás pensando?



Me refiero al tamaño de las obras o estructuras resultantes de nuestro diseño…


Claro que el tamaño importa, porque tiene un costo asociado.


Mira.

A raíz de un correo enviado a la lista, varios clientes han dado su valiosa opinión al respecto del diseño de obras de drenaje.


En realidad, son éstas las más sensibles en cuanto a tamaño.



¿Por qué?



Pues porque dependen de un fenómeno probabilístico: la precipitación (de agua en forma de lluvia).



Entonces, de estas interesantes opiniones, creo que podría sacar dos o tres correos con bastante valor.



Este sería el primero de ellos… una especie de abre boca.



Bien.



El punto con el diseño de obras de drenaje es precisamente el Período de Retorno de la lluvia con la que se dimensionan las obras.


Al menos con algunas normas que hemos manejado a lo largo de nuestra vida profesional, así como con la retroalimentación dada por usuarios de DREN-URBA, se tiene que, por lo general, el diseño de las redes de alcantarillado secundarias, se suele realizar para períodos de retorno bajos (menos de 25 años).



¿Por qué?

Pues en principio porque el tamaño importa.



Si utilizáramos lluvias de períodos de retorno de, por ejemplo, 50 años, tendríamos una “maraca” —algo muy grande— de tubo en cada calle de nuestras ciudades.

Claro, que esto sería garantía de que no habrían inundaciones prácticamente nunca (o, para mi ejemplo de 50 años, una vez cada 50 años).



Pero… ¿vale la pena?...

¿Tener una tubería inmensa —con los costos de mantenimiento asociados— operando la mayor parte del tiempo a menos de un cuarto de su capacidad?


Realmente, como cada caso es particular, diría que no sé, aunque intuyo que no.


Pero lo que sí sé es que se puede aceptar cierto nivel de inundación.


Es decir, diseño para un período de retorno de 10 años (por ejemplo) y, bueno, en teoría, cuando se presente una lluvia con mayor intensidad —la de 20 años, por ejemplo— sería aceptable que tengamos cierta altura de agua en la calzada.


Que, por ejemplo, al momento de ocurrir esa lluvia para la que las obras de drenaje no fueron diseñadas, se paralice parcialmente el tráfico y tránsito de personas.


Claro, todo tiene un límite.


Si el análisis define que, para esa lluvia de 20 años precipitándose sobre una obra con período de retorno de 10 años habrán daños materiales importantes, pues hay que reconsiderar el diseño.

Algo hay que hacer.


Difícil la tenemos cuando diseñamos ¿verdad?


Por ello es que cuando veo proyectos de drenaje urbano que se limitan a poner un sumidero cada 50 metros porque “esa es la usanza”, se me cruzan los cables.



Pero bueno, basta por hoy.



Para poder evaluar tus diseños de drenaje urbano para distintos períodos de retorno, tienes la solución aquí.


Saludos.
Alfredo Simancas


P.D.: En Hidrología —o, bueno, en Diseño de Obras Hidráulicas— utilizamos el concepto de Riesgo Hidrológico de la obra.

Todo lo anterior está moviéndose sobre este concepto.

De seguro lo has pillado ¿verdad?